martes, 26 de marzo de 2019

Terrorífico itinerario

  Terrorífico itinerario por la  complejidad de los  nombres y destrucción física de   muchos  pueblos en la expedición genocida –“Conquista”− de Nuño (Beltrán) de  Guzmán.
Inicia en 2 de febrero del año 1529,  dentro de  esta campaña  llevaban  al cacique indígena Caltzontzin de Michoacán; le exigieron  8000 hombres, tesoros  y mujeres;  como se negó lo torturaron con  lumbre, lo amarraron  a  un caballo, así fue   arrastrado y  finalmente todo  su cuerpo echado  al  fuego –Vaya tipejos  tan desalmados−.
Continuó el ride  con 100 españoles y 5000  indios, la norma, atropellos y saqueos a los bienes  y a las personas de los  naturales  por   donde  pasaban.
Les  exigían  oro , víveres y tamemes (cargadores). Este bribón   sometía  a  crueles  tormentos y a la  misma  muerte  a los representantes indígenas,  los aperreaban −les echaban los perros−, los esclavizaban, los encadenaban, así  violentaban  sus intereses como seres humanos.
En Cuitzeo los mexicanos  les  hicieron feroz resistencia pero finalmente se impusieron los carniceros exploradores, impulsores del capitalismo; además de los anteriores  martirios, caprichosamente cambiaban el nombre a las  poblaciones y enseguida incendiaban todo  el  pueblo. País o pueblo, arrasados,  como  en  estos  siglos  XIX, XX y XXI  lo siguen practicando los civilizados líderes  de  Occidente.
El 25 de marzo 1530 la Confederación de Chimalhuacán se rindió a la chusma española; aquella  fue liderada por una cacique, Chihualpilli Tzopotzin, la determinación  fue consultada en Asamblea; 300 se oponen y deciden  enfrentar  a los invasores, y éstos  fueron abatidos .
Por el mes de abril de 1530 los depredadores  extranjeros encontrando resistencia  transitaron por  poblaciones del  Sur de Zacatecas  aplicando  a sus habitantes  los mismos sangrientos métodos.
Continúa la  masacre en Ezatlán Laguna Magdalena, sus dueños  defendieron el territorio, se negaron a todo lo que les  fue  exigido, y mostraron desprecio por el cristianismo, religión de los invasores.


Conversión de los indios mexicanos al cristianismo. Organización eclesiástica. Clero regular.

Propuesta del sátrapa Hernán Cortés a Carlos V de traer a nuestro Continente frailes y no a clérigos, porque éstos llevan una vida “ejemplar”. Métodos  políticos  sádicos:  los frailes tuvieron grandes dificultades para  despojar a los mexicanos  de su  cultura, carácter, costumbres.
Borrar el culto  de las  sagradas  imágenes  indígenas−mexicanas, que de manera secreta continuaban practicando y para conseguir su extinción emprendieron cruzadas –como las realizadas en la  Edad  Media contra los pueblos del Medio  Oriente−. Empezando por Texcoco el Uno de enero de 1525, quemaron el Templo Mayor de aquella ciudad y destruyeron gran cantidad de imágenes sagradas de la cultura  de los oriundos mexicanos nuestros  ancestros, como pinturas y objetos de culto, en medio de los lloros, lamentos y gritos de la multitud que llenaban la plaza del mercado.  Procedimientos semejantes  perpetraron los salvajes invasores españoles en Tlaxcala, en Huejotzingo y otros lugares, los frailes acompañados de miles de indios mexicanos    con los descendiente de los bárbaros armados hasta los  dientes  temían que los naturales se levantarán en armas.  Los mexicanos fueron obligados por la fuerza y no entendían el cristianismo; los misioneros invasores se conformaban con que los naturales sólo  observaran el culto externo y con esto los tenían por cristianos, exactamente  como  tal y como siempre  ha ocurrido. Llegaron a bautizarlos con hisopos y hasta 3000 en un solo día y sin catecismo alguno; era natural que así lo hayan hecho como en la misma España, tal y como lo dice William Prescott (historiador norteamericano  S.  XIX); es  así como aprendieron los pueblos a dar un valor exclusivo  solo a los ruidos externos, a las formas y ceremonias sin ninguna substancia, como lo siguen haciendo hasta la fecha. 

Los días en que conforme al ritual era precepto oír misa los representantes  de los mexicanos por orden de los frailes hacían que los indios se acostaran temprano, de 2 a 3 de la mañana los obligaban a levantarse, los  contaban y los formaban en dos filas una de hombres otra de mujeres, luego precedidos de un estandarte con la imagen de algún santo marchaban cantando los dogmas  cristianos, algún himno hasta el atrio de la iglesia, en donde  oraban de rodillas mientras se abrirán las puertas del templo.   En invierno encendían hogueras para calentarse luego los frailes los contaban de nuevo y al que faltaba o llegara tarde le daban doce azotes;  las oraciones se les enseñaban en latín, idioma que no entendían absolutamente y para retener los vocablos en la memoria usaban piedrecillas que implicaban  palabras semejantes de su idioma o una especie de escritura jeroglífica que usaban también para confesarse llegando a hacerse verdaderas cartillas con las oraciones en jeroglíficos; los procedimientos para conseguir la conversión de los mexicanos al cristianismo  nunca fueron pacíficos, frailes había que se lanzaban contra  los recién convertidos  quemando sus templos  e imágenes sagradas  que los salvajes  españoles −frailes− llamaban “ídolos”; dichos depredadores también se dedicaron a aprehender, a azotar y a encarcelar a los sacerdotes indios antepasados  nuestros. Como nuestros ancestros obviamente   se negaban ser instruidos en las cosas de la fe católica, los extranjeros hispanoromanobárbaros acostumbraban tirarlos al suelo y les  ponían piedras en los pies; a otros les echaban cera ardiendo en la barriga y así  los azotaban los “bravos” invasores, eufemísticamente llamados con el término hiperbólico “conquistadores” por sus patrocinadores.  Pedro Guzmán Maraver nombrado obispo de Oaxaca llegó a  pedir al rey de España que se declara esclavos a nuestros antepasados.
Tales    los  acontecimientos   de   la  invasión  imperialista  a un pueblo amante  de la  paz   como  lo fue y lo es  el mexicano  cuyos  ancestros  son los indios  o pueblos originarios   de  este continente. Intentos   fundamentales   hemos  protagonizado   para llegar  a ser  un  pueblo   de  personas  libres conformantes de  una  Nación, provista  de  fortaleza,   independiente  y soberana que nos dote   de las  condiciones  necesarias   en  donde  impere  la   Justicia, la equidad, la solidaridad  entre nosotros   como en nuestras  relaciones   con los demás pueblos y naciones   que  vienen  sufriendo   las  embestidas  del Imperialismo  y del  Capitalismo.  Tendremos  que  practicar  estos  principios  propios  de  toda  nación democrática  bien asentada, para hacer de México  ,  basado  en  nuestro propio esfuerzo y medios ,   un país lo suficientemente  dotado de los elementos apropiados  para hacer frente a los graves desafíos   que representan  los factores  de poder ilegítimos   que nos  desafían  y que ponen   en peligro incluso   nuestra   integridad  y existencia,  como las  de los pueblos  y países  que sufren en la  tierra.          

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