martes, 2 de marzo de 2010

Actitud digna y patriótica la del exDiputado de que en este texto nos ocupamos.


Actitud digna y patriótica la del exDiputado de que en este texto nos ocupamos.

Señor Alfonso Suárez del Real.

Desde Oaxaca, la tierra y el pueblo que hicieron nacer y crecer al gran patricio Don Benito Juárez, en el presente año que nos constriñe a los mexicanos ser consecuentes en las conmemoraciones que nos enorgullecen, nos fortalecen y nos empujan a seguir el ejemplo de quienes dieron sus vidas por el engrandecimiento de la patria; dentro del mar de decadencia por donde es conducida temerariamente por quienes en mala hora se apoderaron de las riendas del país, lo felicitamos a USTED por su acción llena de un gran simbolismo, de dignidad política, que mucho le honra y también a México, consistente en haber renunciado al PRD por las trapacerías ya sin cuento en que están incurriendo quienes ocupan las gerencias de dicha agencia electoral federal de la administración del señor Felipe Calderón Hinojosa. El sistema electoral con sus partidos políticos técnicamente federales son uno de los terribles candados que puso la Oligarquía decadente con el objeto de evitar el desarrollo de la democracia integral y realmente popular, con su tremenda secuela de desórdenes de toda índole, de graves injusticias y de expropiación de los bienes e intereses de la Nación en beneficio de la Oligarquía, todo lo cual lo ha logrado con gran éxito, sobre todo por la actitud pasiva y sumisa de los ciudadanos. La propuesta del PRD que jefatura el señor Felipe Calderón Hinojosa, a través del Senador Pablo Gómez de legalizar la intromisión en los asuntos políticos nacionales, de los representantes de las corporaciones religiosas, es contraria a la Constitución e intereses populares, porque dichos elementos religiosos son nada menos que personeros profesionales, con todas las ventajas que ello significa, de las grandes empresas transnacionales extranjeras en que consisten las instituciones dedicadas profesionalmente a impartir las religiones, que a su vez manejan enorme negocios de toda índole, incluso los de las guerras que azotan a la humanidad, todo lo cual está en contradicción con los intereses de cualquiera nación, independientemente incluso de Estados confesionales como abiertamente se dan en América latina y en Europa. El Estado del Vaticano, que es la corporación que administra profesional y soberanamente a la Iglesia Católica, sus negocios, como la administración de los servicios religiosos que presta, son opuestos incluso a la legislación civil mexicana, ya que duplica y grava actos que son el objeto de la legislación civil ordinaria, y por ello se dieron las Leyes de Reforma que nos costaron a los mexicanos complejos y cruentos conflictos políticos, que devastaron al país; de ahí las restricciones políticas impuestas a los agentes de los cultos religiosos; de ahí la Separación de la Iglesia y del Estado y el carácter láico de nuestra Nación, que provino del gran movimiento histórico encabezado por Don Benito Juárez y no de la iniciativa que en estos días manipulan a sus conveniencias partidescas los políticos que están haciendo honor a quienes pretendieron hacer de México en el siglo XIX un Estado monárquico, tal y como ya lo habían intentado algunos decenios antes con el chacal extraído del ejercito colonialista entonces, todavía en su plenitud pretoriana, ultraconservador, ultrareaccionario y partidario de que siguiera operando en México un Estado confesional católico, Agustín de Iturbide, por quien Felipe Calderón Hinojosa suspira y hace todo lo posible por endiosar su figura, imponiéndonos la guerra más sangrienta que hemos sufrido en contra del gran defensor de nuestra constitucionalidad democrática de 1857, antes rememorado. Por tanto los señores pastores de las iglesias establecidas en México, desde ningún punto de vista reúnen las características para poder concederles el status pleno mexicanidad, porque sirven a Estados extranjeros, de ahí que el actual Estado Mexicano no puede permitirse la doblez de conceder derechos políticos a los sacerdotes católicos y demás pastores profesantes de otras religiones de las corporaciones que operan en México. Salvo los ritos religiosos florecientes en México y en el resto de este continente antes de la llegada de los españoles y de los anglosajones, técnicamente las demás religiones son entidades extranjeras en este país. El tipo de las iniciativas que aquí analizamos siempre se cocinan a espaldas de la Nación, lo cual desde luego siempre se oculta a la misma y sólo se hace propaganda de los florilegios con que se visten esas iniciativas traidoras, que son el resultado de oscuros acuerdos a que llegan quienes se benefician del juego indecoroso de los partidos políticos federales que padecemos. La infame iniciativa PRD-Felipe Calderón Hinojosa-Pablo Gómez Álvarez coincide, véase, con la abdicación del ejercicio de las políticas dignas que en estos días se traducen en supuestas coaliciones que realizan los instrumentos al servicio de Felipe Calderón Hinojosa llamados partidos políticos federales, que no coaliciones populares. Se trata de cohabitaciones indecentes ajenas a nuestra Nación. México tiene memoria y no puede olvidar que quienes promueven la cohabitación de líderes como Manuel Camacho Solís, Jesús Ortega Martínez y Felipe Calderón Hinojosa no son más que excrecencias hediondas de los que lucharon a favor de los conquistadores , a favor de los colonialistas, en contra del movimiento de independencia, del de Reforma, del de la Revolución Mexicana de 1910-1917, quienes con sus coaliciones-cohabitaciones incestuosas quieren tapar el sol con sus dedos.

Ciudadanos Mexicanos Quetzalcóatl en Lucha por la Efectividad de la Soberanía del Pueblo y la Democracia.

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