En el affaire de Florence Cassez es el corrupto sistema político incluyendo al sistema judicial federal el causante y responsable de la justa posición de aquella sentenciada francesa de defender sus derechos humanos.
El sistema federal de justicia mexicano adolece de condenables aberraciones mediante las cuales los jueces y magistrados federales bajo las consignas, que dicta a través de sus jurisprudencias, la pomposa Suprema Corte de Justicia (de injusticia) de la Nación, pisotean todos los días los derechos constitucionales y universales de todos, mexicanos y de los demás países; no se trate de cualquier alto privilegiado del sistema político, económico y financiero, que por definición son delincuentes de alta escuela; estos últimos son inmunes al cruel sistema de justicia federal que padecemos los mexicanos; podemos citar el caso de Felipe Calderón Hinojosa y de Francisco Molinar Horcacitas, este último como director del IMSS y titular de la Secretaría de Comunicaciones, el primer alto funcionario con la gran cantidad de crímenes que está cometiendo en el ejercicio del cargo oficial que usurpa; del otro funcionario se puede mencionar su grave responsabilidad en el siniestro de la Guardería ABC del Estado de Sonora y su ilegal e inconstitucional manejo de las concesiones para la prestación de los servicios de señales de telefonía, de TV , de internet y demás , todo ello en perjuicio de la gran masa de mexicanos. Los legisladores federales de las Cámaras de Diputados y de Senadores endureciendo a cada rato las políticas penales del Régimen a través de desproporcionadas y crueles altas penas de prisión; ya poco falta, si el pueblo no se pone a tono, para que reimplanten la pena de muerte; y luego la Suprema Corte de Justicia mediante sus jurisprudencias (criterios policíacos no jurisdiccionales contenidos en sus resoluciones) haciendo aún más duro el sistema de crueles e inhumanas penas impuesto por dichos legisladores. Recuérdese los recientes casos de la brutalidad de las penas altísimas que fueron impuestas por la justicia mexicana a las víctimas de la salvaje represión del poblado de Atenco, y el de los tres jueces del Norte del país que pusieron en libertad a un peligroso homicida, en que luego la madre de la víctima que luchaba por la Justicia por parte de su hija asesinada, fue eliminada físicamente en las propias puertas del palacio de gobierno en el Estado de Chihuahua, México. Vaya que los jueces y magistrados se pueden equivocar. La Justicia no es infalible. ¿Eh? En México por las presiones de los Estados Unidos las penas según el número de delitos de que se hace responsables a los desdichados sentenciados, de manera antijurídica e irracional, de manera sádica, se duplican, se triplican, se cuadruplican, lo cual viene ocurriendo desde que el poder máximo fue asaltado por las huestes de Vicente Fox y de Felipe Calderón Hinojosa, y la Suprema Corte de Justicia muy dócil, muy obediente. Y luego todos los jueces y magistrados del país aplicando sistemáticamente esas consignas políticas y policíacas contenidas en aquellas jurisprudencias, disfraz hipócrita del valor Justicia; por lo mismo las cárceles a reventar repletísimas de una gran cantidad de víctimas de ese abominable sistema de justicia (injusticia). Dante Alighieri se queda corto en las memorables descripciones que realizó del Infierno. Con este repugnante cuadro no son nada raras las altísimas, inhumanas y crueles penas de prisión impuestas a Florence Cassez, que son como justamente dicen sus padres, para pudrirse en el sistema de cárceles mexicanas. En su caso el proceso penal de esta desdichada mujer cuenta con la gravísima falla procesal de que una vez que fue detenida, no se sabe exactamente cómo, y estando en tales condiciones durante un tiempo como de veinticuatro horas, con la mujer ya estando privada de su libertad, se realizó por los agentes federales del Estado una especie de reality show o performance o montaje con los medios masivos de difusión, obviamente para fines de marketing y así, para corromper la justicia, para manipularla, metodología comunicacional de índole perversa y estúpida. El show televisivo lo ejecutó Genaro García Luna mediante el cargo oficial que ocupaba. ¿Quién se lo ordenó? ¿Quién se lo autorizó? ¿Para beneficiar y complacer a qué arbitrarias y todopoderosas personas? Es un principio jurídico que cuando en una sentencia definitiva pasada en autoridad de cosa juzgada, en que se demuestra la injusticia y la patente incongruencia del contenido de la sentencia con los hechos demostrados o no, la cosa juzgada sí puede ser demolida, es revocable. Los medios para hacerlo habrá que buscarlos en las leyes, incluso en los tratados internacionales, pero que los crueles y superblindados de impunidad altos y chauvinistas funcionarios públicos mexicanos no nos impresionen con trasnochadas, fariseas e intolerantes posiciones de que la justicia federal mexicana, hechura de ellos, es perfecta. Ahh, sí, que el sistema judicial federal mexicano es intocable, es perfecto. ¿Qué panadero habla mal de su pan?
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