RT Actualidad / Nuestros expertos
/ Adrian Salbuchi, analista y autor La casa israelí del terror
Publicado: 5 ago 2012 | 6:52 GMT Adrian Salbuchi,
analista y autor TODO SOBRE ESTE BLOG
Aunque la prensa global occidental rara
vez lo menciona, el terrorismo yace en la raíz de la creación y posterior
supervivencia de Israel. Son esos mismos medios globales los que vienen
martilleando profundamente en el imaginario colectivo mundial la idea de que
“Terrorismo = Islam”. Se trate del 11 de septiembre 2001 o de los ataques
suicidas en Londres y Madrid, o de asesinatos políticos en todo Oriente Medio y
otras regiones, o de la explosión de una bomba en un autobús repleto de
turistas en Bulgaria, para la prensa global se impone siempre la conclusión de
que “la culpa la tienen los fundamentalistas islámicos”. De manera que cuando
vemos al candidato presidencial estadounidense Mitt Romney participar en Israel
en una reunión de alto perfil público para reunir fondos para su campaña en el
Hotel Rey David -verdadero símbolo del terrorismo sionista-, uno no puede por
menos que maravillarse ante el permanente doble discurso que mantiene andando
la “relación especial” entre Estados Unidos e Israel. Aunque la mayoría de la gente lo ignora, el
ataque terrorista más virulento perpetrado por la guerrilla sionista tuvo lugar
en julio de 1946 y su blanco fue, precisamente, este mismo lujoso hotel de
Jerusalén, que en aquél entonces era sede del gobierno británico para Palestina
Se entiende entonces que este sea un tema sensible para los británicos. En un artículo titulado 'Recuerden al Hotel
Rey David' publicado hace algunos años en el matutino londinense 'The Guardian'
con motivo del sesenta aniversario de aquél ataque terrorista con bombas que
dejó 92 muertos, el periodista George Galoway le recordaba a sus lectores que
este ataque terrorista sionista lo perpetró el grupo guerrillero llamado Irgun
Zvai Leumi cuyo líder era un tal Menachem Beguin. 'The Guardian' agregaba cómo años después, ya
como líder del partido ultraderechista Likud, Beguin “terminó siendo dos veces
primer ministro israelí; en 1982 durante su segundo mandato ordenó la invasión
‘limitada’ del sur del Líbano, que rápidamente se convirtió en un verdadero
asalto a todo el país ocasionando muchos miles de muertes.” El periodista Galoway “recordaba todo esto
mientras leía que Benjamín Netanyahu… primer ministro de Israel y preferido de
la CNN participaba de una celebración de las acciones del Irgun [o sea la
voladura del Hotel Rey David], diciendo que ‘Es muy importante saber distinguir
entre grupos terroristas y luchadores por la libertad; y entre acciones
terroristas y acciones militares legítimas…’.”. Agregaba Galoway: “…En 1946 no existía
Hezbolla; tampoco existía en 1948 cuando se desplazó por la fuerza a 750.000
palestinos de sus hogares para hacer lugar para el Estado de Israel. Tampoco
existía Hezbolla en 1982; esta organización recién hizo su aparición luego de
las masacres de los campos de refugiados de Sabra y Shatila”. Años después, en
1978 los Dueños del Poder Global lo honrarían al líder terrorista Menahem
Beguin… ¡con el Premio Nobel de la “Paz“…!
(¡…pobre paz…!). Agreguemos que
la metodología y características de este ataque al Hotel Rey David son el
antecedente directo de las voladuras de la Embajada de Israel en 1992 y de la
mutual judía AMIA en 1994, probables ataques de "falsa bandera"
perpetrados en Buenos Aires. ¡Dios bendiga a las bombas sionistas! Por
supuesto, durante su visita a Israel, el Sr. Romney juró apoyo incondicional de
los Estados Unidos a Israel si él llega a ser elegido como próximo inquilino de
la Casa Blanca (Hmmm. ¿y qué más hay de nuevo…?). Sin duda, Romney sabe
demasiado bien que tales juramentos resultan absolutamente esenciales para
lograr el apoyo del poderoso lobby pro-Israel en los Estados Unidos y para
acceder a su capacidad gigantesca de financiación espuria de campañas
electorales. Mas no solo estamos hablando de los lobbies judíos como el
poderoso AIPAC (Comité Estadounidense-Israelí de Asuntos Públicos) o el Congreso
Judío Estadounidense, o la ADL (Liga 'antidifamación'). También están las muy
poderosas organizaciones políticas y económicas de la ultraderecha
fundamentalista evangélica “sionista-cristiana”, que en su fanatismo religioso
ven en el regreso de los judíos (o al menos algunos de ellos) a Tierra Santa el
cumplimiento de profecías bíblicas y, por ende, de la obra de “dios” (!). No se
ría…. ¿No era el “cristiano renacido” George W Bush quien admitió una vez que
“Dios me habló y me dijo que invadiera Irak, y así lo hice…”? El Hotel Rey
David es apenas uno de tantos episodios similares en los que participaron los
padres fundadores de Israel. Itzakh
Shamir, otro ex primer ministro del partido Likud que falleció recientemente a
los 96 años de edad, en aquellos “buenos viejos tiempos” condujo otro grupo
terrorista: la “Pandilla Stern” según la apodaron los británicos. Stern llevó a cabo un ataque de “lucha por
la libertad” el 17 de septiembre de 1948 al asesinar en la vía pública al Conde
Folk Bernadotte, negociador para Palestina del Consejo de Seguridad de la
flamante Naciones Unidas, que se encontraba en Jerusalén para tratar de
negociar la paz entre árabes y judíos proponiendo una solución en la que tanto
los israelíes como los palestinos tendrían ambos un Estado soberano. Años
después, el genocida de Sabra y Shatilla, el general Ariel Sharon también se
transformaría en otro primer ministro israelí del partido Likud. Ladrándole al
árbol equivocado… Sin embargo, a la opinión pública mundial rara vez se le
explican estas cosas, y el hecho de que siempre ha habido y sigue habiendo un
muy sofisticado y poderoso terrorismo sionista. Hoy, ese terrorismo ha crecido hasta
transformarse en verdadero Terrorismo de Estado, sustentado sobre tecnologías
punta que cuentan con los conocimientos y la experiencia de agencias de
inteligencia como el Mossad Israelí, cuyo lema lo dice todo: “Hacer la guerra a
través del engaño”. Innegablemente son
los máximos expertos en borrar sus propias huellas. Fue el fisiólogo ruso Iván
Pavlov quien una vez programó a un perro para que reiteradamente asociara el
sonido de una campanilla con el alimento, de manera tal que el perrito
terminaba salivando cada vez que oía la campanilla, se lo alimentara o no.
Bien. Pareciera que las mentes modernas
empiezan a “salivar” cada que escuchan el grito de “¡Terrorismo!”, viendo
“terroristas musulmanes” por todas partes, a pesar de que son “otros” quienes
suelen llevar a cabo los actos de terrorismo… A lo largo de décadas, esto viene
siendo alimentado por técnicas de guerra psicológica masiva. Por ejemplo, los
estereotipos étnicos promovidos por la industria del “entretenimiento” de
Hollywood, que siempre representa a prácticamente todo terrorista furioso y
desvariado, como un fanático musulmán con vestimenta árabe, barba oscura y
respondiendo al nombre de Mohamed, Hamid o Alí. De manera que estemos alertas:
si el Sr Romney resulta elegido presidente de los Estados Unidos de Norte
América, él -como todos los presidentes norteamericanos del último medio siglo-
continuará la “guerra contra el terror” de su país trabajando muy estrechamente
con el Partido Likud de Benjamin Netanyahu, cuyos fundadores -hombres como los
señores Beguin, Shamir y Sharon- fueron ellos mismos crueles y violentos
líderes terroristas… ¡perdón…! quise decir “luchadores por la libertad...” Está
bien si yo lo hago; está mal si tu lo haces… Crucémonos ahora al lado
palestino. Ahí nos enteramos que
organizaciones como Hezbolla y Hamas han sido calificadas como “organizaciones
terroristas” por los Estados Unidos, el Reino Unido e Israel. El más elemental sentido común nos indica
que las fuerzas armadas de toda nación -se trate de los EEUU, Rusia, China,
Brasil o Israel- deben estar necesariamente subordinadas a sus respectivos
Estados Nacionales. Ahora bien, ¿qué se supone que deben hacer los pobres
palestinos para defenderse de un cruel invasor si no se les permite tener un
Estado nacional soberano propio? Ahí
entonces es dónde entran en escena Hezbolla y Hamas. Es fácil descalificar a ambos llamándolas
“organizaciones terroristas”, pero aplicando este mismo criterio ¿no deberían
entonces las potencias occidentales renombrar a una organización como la
Resistencia Francesa de la Segunda Guerra Mundial, por ejemplo, como una
“organización terrorista” por haber rehusado a aceptar de buena gana la
invasión militar alemana a su país? En pocas palabras, o debemos considerar a
la Resistencia Francesa, al Irgun y Stern, Hamas y Hezbollah, como
“organizaciones de lucha por la Liberación nacional” o, sino, tendremos que
considerarlas a todas como “organizaciones terroristas”. En Argentina tenemos una frase que dice asi:
“no se puede tener la chancha y los veinte”, lo que significa que no se puede
tener lo mejor de dos mundos. Por eso,
Occidente debe abandonar su doble discurso hipócrita y dejar de insultar la
inteligencia de los pueblos del mundo, imponiendo una subjetividad tan obscena,
grosera y flagrante en torno al terrorismo mundial del que ellos mismos son
creadores. Adrian Salbuchi para RT Adrian Salbuchi es analista político, autor,
conferencista y comentarista en radio y TV de Argentina. www.asalbuchi.com.ar
Texto completo en:
http://actualidad.rt.com/expertos/salbuchi/view/50779-israeli-terror-terrorismo-salbuchi-islam
No hay comentarios:
Publicar un comentario