Giap Salvador
Desde Oaxaca, México. 27 de Agosto de 2012. // El acto terrorista de
sabotaje político-industrial a
gran escala y con consecuencia de devastadores daños y múltiples muertes del
complejo de la refinería de hidrocarburos de Amuay de Paraguaná, Venezuela,
tiene el calado de los
grandes y bastos actos de terrorismo
occidental perpetrados en los últimos años
en contra de Bosnia-Herzegovina,
Croacia, Eslovenia, Serbia y Monte Negro, Eslovenia y Albania,
con que se destruyó al conjunto
de países que se encontraban bajo la protección de la Unión Soviética una vez
que ésta
fue colapsada por la acción vesánica de los países occidentales y la nula visión de su
soberanía, dignidad y fortaleza, de sus
clases dirigentes, bajo la cual
se encontraban los países
del bloque socialista; también
tienen el calado del terrorismo que los mismos países
occidental-cristianos realizaron en contra de los pueblos y naciones de Corea,
Vietnam, Afganistán, Irak, Colombia, Panamá, la República Dominicana, la
República de Libia, Cuba, México, y en los
días que corren, en la heróica y sufrida República de Siria, en la
que los heróicos ejércitos y pueblos
de este último país
se están defendiendo bizarramente
hasta con las uñas, pero el
Presidente Hugo Chávez Frías parece
no ser consecuente con aquella realidad brutal que nos
impone el capitalismo salvaje
encabezado por el gobierno de Estado Unidos. Es claro que con
aquel perverso acto de terrorismo
y de sabotaje de la economía y del orden
jurídico de Venezuela, se ponen
en peligro de una
manera violenta todos
los conceptos que configuran
a una república ordenada; se pone
en grave peligro su orden político y jurídico, del cual forma
parte el proceso electoral con miras a la elección presidencial desde ya relativamente hace mucho tiempo puesto en marcha precisamente por
los dirigente de Venezuela
bajo las presiones y la
inercia de su mismo
sistema muy favorable al efecto al juego libre y hasta libertino de las
fuerzas reaccionarias internas y del exterior, las fuerzas
occidentales antes mencionadas, enemigas a muerte de la Revolución
Bolivariana. La democracia capitalista
hipócritamente llamada de la
libertad no es una
panacea. Como lo estamos viviendo
en estos días, nada menos que en
México los plutócratas proEEUU que detentan el poder desde
hace una gran cantidad de años,
acaban de dar un abierto
y brutal golpe en contra del
voto de la inmensa mayoría de
mexicanos que sufragó
precisamente en favor del candidato que los resultados espurios pusieron en segundo
lugar, pues, las votaciones
fueron emitidas mayoritaria y evidentemente en contra del
candidato que los delincuentes electorales
pusieron como ganador (Enrique Peña
Nieto); pero el pueblo de México no se tragó las maquinaciones de quienes
controlaron el proceso electoral, delincuentes peligrosísimos. Los mezquinos
límites de la democracia electorera del
libertinaje que siempre ha propugnado el capitalismo occidental, pues. Por ello resulta
necesario, así lo postulan
mentalidades brillantes y sensatas,
como el pensador
norteamericano James Petras, que los
dirigentes del actual
proceso bolivariano de Venezuela, antes
de que les coman el mandado, tomen medidas de
carácter político eficaces, enérgicas y congruentes, que suspenda y aplacen de momento
el proceso electoral
presidencial en marcha, y el mismo se celebre cuando las condiciones políticas lo permitan
y así convenga a la Revolución
Bolivariana, para que mientras
puedan hacer frente
con valor, con
patriotismo y con un sentido práctico creativo, a la gravísima
situación que pretenden crear los
enemigos de Venezuela
y de su Revolución. Qué no se
vuelva a repetir el golpe brutal que dio EEUU en contra del
Presidente Salvador Allende, del Estado y de la democracia de Chile. Recordemos el reciente
Golpe de los gorilas
paraguayos en contra de
Paraguay. Es claro que por ello resulta
más que insuficiente
el decretar tres días
de duelo y emitir lamentaciones por el acto
abominable llevado a cabo, con
lo cual
los enemigos de la libertad y del
bien de la Nación Venezolana, en
estos momentos se
están riendo, están gozando y carcajeándose patológicamente. Nos estamos acordando
de la brutalidad y grave peligro de criminales terroristas como Luis
Posada Carriles, apellido muy parecido
al de Capriles. Ante ello los dirigentes
venezolanos con el Coronel Hugo
Chávez a la cabeza no pueden quedarse con los
brazos cruzados y
esperar como simples espectadores
que las cosas se
pongan como las estamos
viendo están ya en la heróica
República de Siria comandada por
Bashar Al Assad.http://benitojuarezquetzalcoatl.blogspot.mx/
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