domingo, 22 de junio de 2014

Ante el disfraz de los lobos con albo disfraz de ángeles.





Ante el disfraz de los lobos con albo disfraz de ángeles.
Y ví  que  Ezra Pound, el difamado, el vituperado, el señalado como maldito,
el vilipendiado, el maltratado  como enfermo psiquiátrico, todo ello en su patria,
uno de los centros  mundiales que lideran el mal, la codicia,  ellos  dicen  que infinita,
ví en estos días que  Ezra Pound despreció todos esos estigmas,
fue un hombre de bien, ví que es el bien, y por ello a su vez,
ví  que también fue estigmatizado; pero Ezra Pound fue un hombre de palabra;
palabras, palabras y palabras, como dijo Hamlet.
También pude ver el albo disfraz  de pies a cabeza  y de la cabeza a los pies,
 el disfraz angelical,  el del ángel guardián  de grandes intereses
y de grandes fortunas mercenarios; el disfraz del lobo oculto en la oveja
que desde su trinchera de la perversión, del travestismo mensajero  de la hipocresía,
ese, el de las lujosas y ostentosas capas  bordadas de oro
con indescifrables  pero reveladoras  perversiones
  se ostenta en las grandes ceremonias, diabólicas,
con todo el  poder  y vanidad de que son capaces los tiranos;
estos ángeles de la perdición, mercenarios  de causas ajenas e inconfesables,
que a través de su albo disfraz,  velo de maldades, en forma vesánica
pontifican y maldicen, lanzan sus anatemas  y excomulgan y sin previo juicio
unilateral y graciosamente,  caray ¡Qué cobardía! y
porque su teología mendaz y asesina le  impone  ser perversos
 pues  ésta los enajena con el cuento  de ¡Sois infalibles!
salido  de las mentes más sucias y estúpidas,
no reparan  ni repararán en que sus acciones descabelladas,
producen y producirán desgracias sin cuento,
sobre todo  en estamentos  desheredados y marginados
 y sus grupos representativos;
estos albodisfrazados  de pies a cabeza con la consciencia  hecha ruinas
tienen por profesión, sádicos,  castigar, castigar y castigar;
 ocultan sus acciones  bajo la sombra  de la impunidad, el poder  y  la capacidad  de la mentira; para los fines de esa mentira dicen ser nacionales  de  un país determinado,
como de Sudamérica, pero están incrustados por el poder de la mentira y del  dinero
en  otras, diferentes,  estructuras estatales, a las cuales  sirven  con descomunal fanatismo;
y a toda esa barbarie,  todos los días  enfrentarla con la metodología de Hamlet

y de  W. Shakespeare: palabras, palabras y palabras.

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