MIÉRCOLES 22 DE JUNIO DE 2011
El movimiento de Javier y Emilio, es un acto sumamente importante porque abre un flanco no electoral, porque es el conducto de exigencias justas; porque representa lo que miles de mexicanos reclaman; porque se constituye en la acción cívica de la que he hablado en mis colaboraciones. Pero dado que es un movimiento, ya rebaso a Sicilia; Javier debe tener claro, que no se trata ahora solo de la muerte de su hijo, que no puede amenazar con realizar actos de desobediencia civil, cuando confunde el concepto con el de resistencia civil; Javier debe tener presente que la convocatoria a la desobediencia civil implica darle identidad al movimiento y que puede iniciar, pero no concluir en la colocación de una placa.
Necesario es participar, involucrarnos y no dejar que Javier Sicilia termine como Isabel Miranda. Por ello el dialogo que mañana se dará con Calderón no debe constituir un acto de ingenuidad; no debe limitarse a la aceptación simpática de un diálogo de sordos; no debe ser un acto de ingenuidad que sólo sirva para una foto más; Javier no debe limitarse a la influencia filosófica de la Universidad La Salle -de la cual es maestro- en la que Dios es la razón de todo. Su responsabilidad es mayor y debe prepararse para ella. Y no asistir a un dialogo con Calderón para creer ingenuamente que habrá respuestas inmediatas.
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